¡Por piedad, habladles de España!

Hablar de España es hacerlo de la patria de todos y para todos: los que fueron, pensaran cómo pensaran y acertaran o no en sus actitudes, los que son y los que serán.

​Publicado en la revista Trocha. núm. 249 (JUL/2023). Ver portada de Trocha en La Razón de la Proa (LRP). Recibir el boletín de Trocha | Recibir el boletín de LRP.

¡Por piedad, habladles de España!

El filósofo y educador Gregorio Luri nos dice:

«En España no existe ninguna pedagogía del patriotismo. Esas cosas dan vergüenza a nuestros pedagogos. Está bien manifestarse orgullosamente español cuando ganamos alguna cosa en el deporte, pero en la vida cotidiana parece que llevemos esta condición con resignación. Algunos quisieran ser otra cosa, incluso cualquier otra cosa que españoles. Otros solo son españoles en la intimidad. La mayoría lo es, pero no ejerce. O ejerce solamente de manera depresiva».

Comprobamos a diario que las palabras patria y patriotismo no están de moda; se sustituyen por la vacua expresión de el país, y otros se limitan a citar la estructura jurídico-política, el Estado; lo cierto es que la palabra España ⎼que tiene un sentido más profundo por sí misma que lo de nación española⎼ ha desaparecido casi de nuestro vocabulario. En algunos casos, españolidad se sustituye por españolismo, que suena a folclórico.

Nuestra historia común se oculta o tergiversa. El presente queda reducido al momento político (cada uno según sus preferencias o color). Del futuro no se habla, pues queda encerrado en una incógnita, en lugar de crear expectativas. Cuando, en realidad, una patria ⎼España⎼ es una tarea transgeneracional y permanente, que fue ya trabajada por nuestros antecesores, constituye un derecho y un deber para nuestros coetáneos y debe ser una esperanza y una promesa para nuestros descendientes.

En los currículos escolares debería ser parte importante esa Educación del patriotismo que echa en falta Gregorio Luri; pero no olvidemos que la escuela, las aulas, tienen su mejor complemento en la educación en el tiempo libre, en el asociacionismo juvenil. De hecho, todas las instancias educativas, empezando por la familia, deberían formar parte de esa tarea educadora en el patriotismo. Sabemos que no es así, pero bastan las lamentaciones.

A veces, los timoratos dicen que hablar de España es hacer política; distingamos: el ser humano es un ser político por naturaleza, pero no debe confundirse con ser partidista, que es otra cosa. Hablar de España es hacerlo de la patria de todos y para todos: los que fueron, pensaran cómo pensaran y acertaran o no en sus actitudes, los que son y los que serán.

Esta necesaria y urgente Educación en el patriotismo viene señalada, además, por nuestro Ideario, poéticamente expresado en nuestra Promesa, y es un error garrafal no incidir en este aspecto, sea por timidez, por vergüenza, por cobardía o por ser iguales que los demás. Por el contrario, en determinados territorios españoles, se niega o se ataca directamente la propia existencia de España.

Intensifiquemos esa Educación en el patriotismo en nuestros hogares, en nuestros campamentos, en nuestras actividades; hablemos de la historia, del presente mejorable, del fututo deseado; no nos limitemos a los formalismos, a los rituales, a un dar por supuesto que España está en la mente y en los corazones de todos. Actuemos como educadores de España. Y, cuando el ambiente externo sea hostil, con más razón todavía. ¡Por piedad, habladles de España!